Yo
estoy divulgando esta doctrina y trabajando para ella casi toda mi vida, y para
mí, el Espiritismo es una ciencia y es una religión.
Es una ciencia; sus bases codificadas por el maestro Allan Kardec, dictadas con total
perfección, son inalterables y para todos los tiempos, al igual que los
enseñamientos del Maestro Jesús, y asume científicamente sus adelantos y
descubrimientos, que siempre son inspirados desde el mundo espiritual. La
doctrina espírita no está envejecida ni anclada en el pasado, siempre está en
el presente y descubriendo nuevos horizontes, para una humanidad en condiciones
y preparada para recibirlos.
Es una religión, porque sus bases, sus enseñamientos y
su moral, son religiosos. Su exponente máximo y prototipo a seguir, para
conseguir nuestra elevación espiritual, es Jesús,
y por todo esto el Espiritismo para mí es una religión, y Jesús mi querido
Maestro, es la razón de mi vida, en Él confío y para Él trabajo.
(Relato
recogido en “Hechos y obras de una vida” de mi autoría).
El catolicismo, convierte a Dios en un juez
intransigente, implacable, en un verdugo espiritual, que somete sin piedad a
los seres más débiles, a suplicios eternos. Las criaturas creadas por Él para
ser felices, si sucumben a las tentaciones del mal, van directamente a poblar
los infiernos, por toda una eternidad.
¿Qué
mentes guiadas por un juicio recto y capacidad de raciocinio, podrían imaginar
un dios semejante?
¿Es
éste el Dios que Jesús nos da a conocer, cuando en su nombre nos recomienda el
olvido de las ofensas, cuando nos dice que paguemos con el bien el mal que nos
han hecho, que hay que perdonar para ser perdonados, que hay que amar para ser
correspondidos, repartir primero para poder recibir después?
No,
el Dios que Jesús nos da a conocer,
es el Dios de los espíritas, es el único y verdadero.
El dios bíblico de las religiones, que se encoleriza y se calma según el
valor de las ofrendas que reciba, el dios que extermina a unos para que otros
sobrevivan, este dios de la mentira, nunca ha existido, porque es un dios
inventado por las religiones para justificar sus engaños, castigar o premiar
con el infierno o el cielo, para justificar las guerras ocasionadas en su nombre,
y ya es hora de decir la verdad, de
decir bien alto y claro que Dios
es amor y justicia, con plena igualdad para todos.
El mal es una creación nuestra, todos aquí estamos sufriendo las
consecuencias de nuestro pasado y construyendo nuestro futuro. Dios con inmenso
amor, espera paciente a que, con toda libertad y utilizando siempre nuestro
libre albedrío, sepamos ganar y merecer la felicidad del cielo prometido.
La religión católica tiene una gran responsabilidad sobre el
estado en que hoy se encuentra nuestra humanidad; no sólo por las prisiones que
abrió en tiempos de persecución, sino por los tormentos inauditos que han
inventado y las muchas hogueras que han encendido, pero aún esto es poca cosa,
al lado de la influencia perniciosa que ha derramado sobre una parte de la humanidad
que le ha seguido. No sólo ha
torturado sus cuerpos, sino que ha oscurecido también sus mentes con la
superstición, perturbando las inteligencias, con la idea sombría y
terrible de un dios vengador. Le ha hecho perder al hombre el hábito y el derecho
de pensar, y los ha separado cruelmente de aquéllos que buscaban libres y
sinceramente la verdad.
Utilizaron
el nombre de Jesús para hacer guerras
santas, para rescatar
según ellos, el sepulcro de Jesús, que en realidad nunca estuvo enterrado,
porque Pedro y José de Arimatea sacaron el cuerpo de esa tumba supuesta, y lo
llevaron a un lugar desconocido, para evitar que fuese profanado.
Siguiendo
con la historia: las cruzadas de Oriente y de Occidente, los asuntos de fe o la
inquisición, son males menores comparados con esa tiranía secular, con ese
espíritu sectario e intransigente, que ha perturbado y desviado el juicio de
centenas de millones de hombres y mujeres. Esta influencia dogmática ya está
agonizante, pero aún sigue haciendo mucho daño.
Los primeros cristianos creían en la preexistencia y en la supervivencia
del Espíritu en otros cuerpos, tal y como recoge la Biblia, en las preguntas
hechas a Jesús sobre Elías. San Pablo, en su primera epístola a los Corintios,
describe bajo el nombre de dones
espirituales, todas las clases de
mediumnidades.
Las prácticas espiritistas, se estuvieron realizando durante muchos
siglos. Personajes como Arnobio de Sicca y uno de los maestros de la escuela de
Alejandría: Ammonio Saccas, decían estar inspirados por espíritus superiores, y esos mismos espíritus, en sus comunicaciones
combatían con frecuencia el
dogmatismo creciente de la Iglesia. Se expresaban en desacuerdo sobre
cómo las enseñanzas tan sencillas del Evangelio, eran oscurecidas por dogmas
inventados e impuestos por la Iglesia a sus creyentes, para confundirlos y
mantenerlos en la ignorancia y el fanatismo.
También
se pronunciaban en contra del escandaloso lujo del que se rodeaban los obispos.
La Iglesia se aparta del camino evangélico
de Jesús, y las divisiones son más frecuentes e
importantes. Los verdaderos seguidores del Maestro, son perseguidos y acusados
de herejía, justamente por los mismos que falsifican los textos, los alteran para
adaptarlos a sus más sombríos intereses, utilizando indignamente el nombre del
Buen Jesús, nombrándose ellos mismos los únicos representantes de Él.
Debemos
dar también el reconocimiento justo, a una Iglesia que ha sido útil a la
humanidad en algunas épocas; ha sabido enfrentar y frenar los avances de la
barbarie y ha creado muchas instituciones benéficas, pero se ha mantenido
inamovible en sus dogmas, totalmente inaceptables por la humanidad del siglo
XXI.
Elucidaciones Espíritas.
José Aniorte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario