31 de julio de 2013

A Fernández Colavida





Poesía leída por Amalia D. Soler, directora de “La Luz del Porvenir” en el funeral de Fernández Colavida.


Ha perdido la escuela espiritista

uno de sus más firmes campeones;

¡Feliz aquel que con valor conquista

la fe de sus profundas convicciones!



¡Feliz el que consagra una existencia

a defender su credo sacrosanto;

y busca en los misterios de la ciencia

el medio de enjugar mares de llanto!



¡Feliz el que proclama con anhelo

de la verdad sublime la enseñanza:

y a todos los que gimen abre un cielo

y al náufrago da un puerto de bonanza!

Esto Fernández hizo; convencido

que la verdad suprema poseía,

con un trabajo nunca interrumpido

ni en sus postreras horas de agonía:



Dejó de difundir los resplandores

del astro que su mente iluminaba;

matizando con vívidos colores

cuanto en su noble anhelo pronunciaba.



Fue el Kardec español; a su memoria

debemos erigir un monumento;

¡Que bien merece perpetuar su gloria

el que tuvo tan claro entendimiento!



El que supo luchar con heroísmo

aunque sus libros consumió la hoguera:

¡Apóstol del moderno Espiritismo!...

de la fe racional clara lumbrera!



Duerma tu cuerpo, no en humilde fosa,

(Que mármoles merecen tus despojos:)

para el que tuvo vida tan honrosa

y por su ideal sufrió tantos enojos.



Debemos levantar a su memoria

¡Gigante monumento de granito!

para su nombre... la terrena gloria:

Para su alma... ¡La luz del infinito!


Extraído del libro "La Luz que nos Guía" 

Amalia Domingo Soler.



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