1 de febrero de 2016

La Lucha del Espiritismo (II)



Algunos de los motivos, por los que la gente desconfía del Espiritismo y la mala fama que tiene, son por desconocer esta diferencia entre mediumnidad y espiritismo.

También por la poca confianza que dan algunos médiums, muchos de ellos lo que tienen es animismo, la manifestación procede de su propio espíritu; otros, la práctica la convierten en un espectáculo, ya sea en un centro o en un teatro, ofreciendo a las personas, la posibilidad de contactar con sus familiares fallecidos, y en más de un caso, se ha descubierto que contaban con compinches infiltrados entre el público para sonsacar información que luego era usada en la sesión de espiritismo para fingir la comunicación con el más allá.


Lamentablemente, al espiritismo que nosotros estudiamos y practicamos, lo ponen en la misma categoría que a otras prácticas, que tradicionalmente, reciben el desprecio y la desconfianza de la sociedad, simplemente, porque existen demasiados ejemplos de estafadores que se aprovechan de los sentimientos de los que se encuentran en una mala situación personal y son especialmente vulnerables.

Prácticas de este tipo, generan un rechazo inmediato, y hace que la gente tenga miedo o desconfíen, es algo normal, es un mecanismo de defensa. 

Ante la duda, de todas estas prácticas, manifestaciones y mensajes, para saber si son ciertas o no, lo que tenemos que hacer es lo que nos dice Erasto (discípulo de S. Pablo) en “El Evangelio según el Espiritismo”:

“Más vale rechazar diez verdades que admitir una sola mentira.”

Estas religiones, filosofías o doctrinas, con sus distintas manifestaciones e interpretaciones, no son nuestros enemigos, ni tampoco es nuestra lucha.

Nuestra lucha no está en cómo lo entienden o en las prácticas que realizan otras tendencias.

Ni en los seguidores de algunas Biblias, como por ejemplo la de “Las Américas” en donde podemos leer en Levítico 19-31:

“No os volváis a los médiums ni a los espiritistas, ni los busquéis para ser contaminados por ellos”.

Esto es curioso porque ¿cómo pueden traducir en la Biblia, que muchos siguen a pies juntillas, una palabra que no existía, que no se había creado aún?. Recordemos que el término “Espiritista” fue un neologismo que surgió en 1857, cuando se publicó “El Libro de los Espíritus”.

La lucha, tampoco es con estos devotos seguidores.

Ni tan poco con los adversarios que tiene la Doctrina, que según los Espíritus son:

  •   Los incrédulos que niegan por sistema y hablan sin conocimiento de causa, quieren saber todo en un momento y no comprenden que se requiere tiempo para conocer una ciencia. Están movidos por el orgullo.
  •   Los ambiciosos, para ellos el Espiritismo existe, conocen su realidad pero la rechazan por intereses personales porque temen sus consecuencias y lo atacan como si fuese el enemigo.
  •   Y los egoístas que encuentran en la moral espiritista una censura demasiado severa para sus actos.

Todos los adversarios de la Doctrina se limitan a poner trabas y ninguno de ellos aporta una demostración seria e irrefutable.

Entonces, ¿Dónde está la lucha del Espiritismo?



Conferencia: "La Lucha del Espiritismo"
ATN

Continuará.....




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