19. ¿Por
qué el espíritu que está en el espacio se encarna en un cuerpo?
Porque es la
ley de su naturaleza, la condición necesaria para sus progresos y para su
destino. La vida material, con sus dificultades, precisa esfuerzo, y el
esfuerzo desarrolla nuestras fuerzas latentes y nuestras facultades en germen.
20. ¿El
espíritu se encarna sólo una sola vez?
No, se
encarna tantas veces como sea necesario para alcanzar la plenitud de su ser y
de su felicidad.
21. Pero,
¿para lograr este fin, es necesaria la pluralidad de existencias?
Sí, porque
la vida del espíritu es una educación progresiva que supone una serie larga de
trabajos que hay que realizar y de etapas que hay que recorrer.
22. Una
sola existencia humana, cuándo es muy buena y muy larga, ¿no podría bastar para
el destino de un espíritu?
No. El
espíritu no puede progresar, reparar, más que renovando muchas veces su
existencia en condiciones diferentes, en épocas variadas, en medios diversos.
Cada una de sus reencarnaciones le permite refinar su sensibilidad, perfeccionar
sus facultades intelectuales y morales.
23. Usted
dijo que el espíritu se reencarnaba para reparar ¿Significa que practicó el mal
en sus vidas precedentes?
Sí; el
espíritu practicó el mal por el mismo hecho que no hizo todo el bien que debía
cumplir. Queda ahí un hueco que es preciso completar.
24. ¿Qué es
el mal?
Es la
ausencia del bien, como lo falso es la negación de la verdad; la noche, la ausencia
de luz. El mal no tiene existencia positiva; es negativo por naturaleza. Hacer
el bien, es aumentar el Ser en nosotros; omitir el bien, es disminuir el Ser.
25. ¿Cómo
nos permiten las reencarnaciones reparar las existencias fracasadas?
Lo mismo
que el obrero que hizo mal su tarea la empieza de nuevo, así el espíritu que
falló su vida la rehace.
26. ¿Tenemos
pruebas de la reencarnación de los espíritus?
Sí, primero
aquellas a los que los espíritus mismos nos aportan en sus revelaciones; luego,
las aptitudes innatas de cada individuo, que determinan su vocación y le trazan
aquí abajo las grandes líneas de su vida. De ahí las diferencias materiales,
las intelectuales y las morales que distinguen entre ellos a los hombres sobre
la tierra y que explican las desigualdades sociales.
27. ¿La
doctrina de la reencarnación es un descubrimiento reciente del espíritu humano?
De ninguna manera. La humanidad siempre creyó
en ella; toda la antigüedad la profesó; los grandes iniciados lo enseñaron al
mundo, y Jesús mismo se refiere a ella en su Evangelio.
28. Ya que
vivimos muchas veces, ¿cómo es que no conservamos ningún recuerdo de nuestras
vidas pasadas?
Dios no lo permite, porque nuestra libertad
disminuiría por la influencia del recuerdo de nuestro pasado. “El que pone la
mano en el arado, si quiere trazar su surco, no debe mirar atrás”.
29. Así,
¿por qué fenómeno se produce en nosotros el olvido de nuestras vidas anteriores
así en nosotros?
En el
momento en el que el espíritu se reencarna, es decir cuando vuelve a un cuerpo,
a medida que penetra en él, sus facultades se velan una tras otra; la memoria
se borra y la conciencia se duerme. En el momento de la muerte, se produce el
fenómeno contrario. A medida que el espíritu se desencarna, las facultades se sueltan
una tras otra, la memoria se recupera, la conciencia se despierta. Todas las
vidas anteriores regresan poco a poco a la conciencia del espíritu que acaba de
desencarnar.
30. ¿No
existe ningún medio de provocar momentáneamente el recuerdo de las antiguas
vidas?
Si, por la
hipnosis o el sueño artificial en grados diversos. Sabios contemporáneos
hicieron y hacen todavía cada día experimentos concluyentes que prueban la
realidad de las existencias anteriores.
31. ¿Cómo
se hacen estos experimentos?
Cuando un
experimentador concienzudo e instruido encuentra un sujeto apto a sufrir su
influencia magnética, le adormece. Gracias a este sueño, la vida presente queda
momentáneamente suspendida; entonces, la memoria de las vidas anteriores, adormecida
en las profundidades de la conciencia, se despierta, y el sujeto hipnotizado ve
de nuevo y cuenta todo su pasado. Se ha escrito libros enteros sobre estas
preciosas revelaciones que nos hacen conocer las leyes del destino.
32. ¿Es
necesario que la vida presente sea suspendida, adormecida, para que las vidas anteriores
se revelen?
Sí, como es
necesario que el sol se acueste para que las estrellas, escondidas en las
profundidades de la noche, aparezcan en nuestros ojos.
"Síntesis
doctrinal y práctica del Espiritismo"
Léon Denis.
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