LA VICTORIA DE LA VIDA

Mensaje de Nilson de Souza Pereira por el médium Divaldo P. Franco

LA VICTORIA DE LA VIDA

Hermanos míos:

Soy yo que vuelvo bajo la protección de la Divina Misericordia.

 
La vida triunfa sobre la muerte, y, durante 40 días a partir del momento final en el cuerpo, el amor incondicional del Padre continúa socorriéndome de modo que en este momento puedo decir con corazón lleno de nostalgia pero con el Espíritu exultante: ¡estoy vivo!

He orado fervientemente esperando este momento de reunión para agradecer a Dios por la felicidad incomparable de una larga existencia aureolada de bendiciones que reconozco no merecer.

Nuestra Benefactora me trajo hoy, en la víspera del final del año para agradecer todo lo que he recibido durante la vida, y sobre todo en los dos últimos años de impedimento y limitación.

Con el alma de rodillas agradezco a la devoción, el respeto, y el cariño del que fui objeto, pero especialmente a la vigilia de los hijos de Gerulina, a los cuidadores y la paciencia de los hermanos de la Casa Grande, que no se cansaron con mi largo proceso de liberación.

Les agradezco los homenajes que me ofrecieron, las condolencias, los recuerdos, todo este collar de bondadosas que no coinciden con mi humilde existencia, siempre en segundo plano, del obrero que siempre me consideré… 

Deseo registrar las profundas emociones, hablar de las alegrías incontables del reencuentro con los seres queridos, algunos de los cuales son recuerdos inolvidables. 

Doy las gracias a todos los que no me atrevo a nombrar, que usaron la misericordia con el viejo amigo causante de problemas…Que me perdonen los errores que no pude superar, las imperfecciones que no conseguí corregir y la pequeñez que no pude transformar en grandeza moral. 

Me conmueve con el anhelo de los que me aman y suplico para que sean felices.

Ruego a Dios que transforme nuestra Casa de amor en un santuario de misericordia, porque todo pasa pero el amor permanece.  

Nadie se arrepiente de haber actuado con misericordia, compasión y amor.

Que nuestro nido de esperanza permanezca como el hogar de los que no tienen casa, que sea la estancia última para su reposo, con la certeza de que, aquí entre nosotros en ambos lados, Jesús estará con los brazos abiertos diciendo con suavidad: ¡Ven, hijo mío, esta es tu casa!

Perdónenme las emociones. Es la primera experiencia. Aunque me preparé para este momento, la mente suelta al corcel de los recuerdos, de la nostalgia, da la gratitud…

Rezo para que las oraciones continúen envolviéndome para que pueda cumplir con las expectativas de los corazones que me aman.

Paz y misericordia, profunda gratitud y súplica en favor de todos los que sufren.

El viejo compañero agradecido.

Nilson

(Mensaje psicofónico por el médium de Divaldo Franco, en la reunión mediumnidad en el Centro espírita Camino de Redención en la noche del 30 de diciembre de 2013, en Salvador, Bahía.)

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VITÓRIA DA VIDA

Meus irmãos:

Sou eu que volta sob a proteção da Divina Misericórdia.

A vida triunfa sobre a morte, e, há 40 dias desde o momento final no corpo, o amor incondicional do Pai prossegue socorrendo-me de modo que neste momento eu possa dizer com o coração túmido de saudade mas com o Espírito exultante: estou vivo!

Tenho orado com fervor aguardando este momento de reencontro para agradecer a Deus a felicidade incomparável da longa existência aureolada de bênçãos que reconheço não merecer.

Nossa Benfeitora trouxe-me hoje,  às vésperas do encerramento do ano, para agradecer tudo quanto recebi durante a existência e, particularmente, nos dois últimos anos de impedimento e de limitação.

De alma ajoelhada agradeço o devotamento, o respeito, o carinho de que fui objeto, mais especialmente a vigília dos filhos, de Gerulina, das cuidadoras e a paciência dos irmãos da Casa Grande, que não se enfastiaram com o meu demorado processo de libertação.

Agradeço as homenagens que me foram oferecidas, as condolências, as lembranças, todo este colar de bondosas referências que não condizem com a minha existência humilde, sempre em plano secundário, de trabalhador braçal que sempre me considerei...

Desejo registrar as emoções profundas, falar das alegrias incontáveis do reencontro com os seres queridos, alguns dos quais de saudosas recordações.
 

Agradeço a todos que não me atrevo a nomear, que usaram de misericórdia para com o velho amigo causador de problemas... Que me perdoem os erros que não pude superar, as imperfeições que não consegui corrigir e a pequenez que não pude transformar em grandeza moral.

Comovo-me com as saudades daqueles que me amam e suplico que sejam felizes.

Suplico a Deus que transforme nossa Casa de amor num santuário de misericórdia, porque tudo passa mas o amor permanece.

Ninguém nunca se arrependerá por ter agido com misericórdia, compaixão e amor.
Que o nosso ninho de esperança permaneça como o lar dos que não têm abrigo, a estância, última que seja, para o repouso, na certeza de que, aqui entre nós de ambos os lados, Jesus estará de braços abertos dizendo com suavidade: Vem, meu filho, este lar é teu!

Perdoem-me as emoções. É a primeira experiência. Embora preparando-me para este momento, a mente desatrela o corcel das lembranças, das saudades, da gratidão...

Eu suplico que as preces continuem envolvendo-me para que eu possa corresponder às expectativas dos corações que me amam.

Paz e misericórdia, gratidão profunda e súplica em favor de todos os que sofrem.

O velho companheiro agradecido,

Nilson

(Mensagem psicofônica pelo médium Divaldo Pereira Franco, na reunião mediúnica do Centro Espírita Caminho da Redenção, na noite de 30 de dezembro de 2013, em Salvador, Bahia.)