23 de agosto de 2014

El Cuerpo de los Angeles



Los ángeles no necesitan asumir cuerpo para su propio bien, sino para el nuestro. Al convivir familiarmente con los hombres y conversando con ellos forman una comunidad de comprensión que es la que los hombres esperan formar con ellos en la vida futura. El hecho de que en el Antiguo Testamento los ángeles hayan tomado cuerpo, fue como una figura anticipada de que la Palabra de Dios iba a tomar cuerpo humano. Pues todas las apariciones del Antiguo Testamento están orientadas a aquella otra aparición por la que el Hijo de Dios apareció carnalmente.


El cuerpo asumido se une al ángel no como a su forma ni como a su motor solamente, sino como a un motor representado por el cuerpo móvil asumido. Pues, así como en la Sagrada Escritura son descritas las propiedades de los seres intelectuales con formas o representaciones sensibles, así también, y por virtud divina, los ángeles toman cuerpos sensibles aptos para representar las propiedades inteligibles del ángel. Esto es lo que significa que el ángel asuma cuerpo.


Aún cuando el aire, en su vaporicidad, no tiene figura ni color, sin embargo, al condensarse, puede ser moldeado y coloreado, como resulta claro con las nubes. Así es como los ángeles asumen cuerpos formados a partir del aíre, condensándolos con la misma virtud divina tanto cuanto sea necesario para formar el cuerpo que van a asumir.





Suma Teológica (I)


Tomás de Aquino.




No hay comentarios:

Publicar un comentario