30 de diciembre de 2013

Dejamos un año atrás



Dejamos un año atrás.

Ha estado lleno de tristezas, alegrías, sueños cumplidos, otros por realizar, nuevas amistades, otras se han marchado, experiencias nuevas...

Un año nuevo está a punto de entrar y como dijo el poeta, “…se hace camino al andar”.

Cada uno de nosotros debemos continuar nuestro camino, algunos tramos serán fáciles de llevar, otros, nos costarán mucho más, son en estos últimos donde nuestra creencia ha de ser más sólida para seguir adelante y superar las pruebas que nos encontramos, para ir creciendo.

Ellos siempre están a nuestro lado, tanto buenos como no tan buenos, depende de nosotros, de nuestro comportamiento y de nuestra transformación moral, para que nos acompañen unos u otros. Sin olvidarnos de nuestro Guía, Espíritu elevado que contrajo el compromiso de intuirnos, guiarnos y protegernos en esta etapa, no necesitamos conocerlo, para saber que en el momento que lo necesitamos está a nuestro lado.

Con la oración, nos ponemos en contacto con Ellos, les damos las gracias, rogamos por nuestros familiares y amigos y pedimos por los necesitados y, sobre todo, por los olvidados, de los que nadie se acuerda.

La oración no es una fórmula establecida por nadie, es, simplemente, lo que nos dicta nuestro corazón en ese momento.

Podemos ir por caminos distintos, ¡que más da!, lo que importa es la meta que todos tenemos en común, ¡mejorar!, para regresar más ligeros de equipaje, para ello debemos tener:

Disciplina.

Disciplina.

Y disciplina.

Que este año que entra, nos traiga:

Amor.

Humildad.

Paciencia.

Caridad.

Paz.

Luz...

A tod@s, os deseo, de corazón:

Un Feliz Año Nuevo.


Antonio.



 

Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

- Gabriela Mistral -


29 de diciembre de 2013

¿Quiénes somos, usted, yo, y nuestros semejantes?



1. ¿Quiénes somos, usted, yo, y nuestros semejantes?

Somos seres humanos.

2. ¿Qué es un ser humano? 

Un ser compuesto de un alma y de un cuerpo, es decir espíritu y carne.

3. ¿Qué es, pues, el alma?
  
Es el principio de vida en nosotros. El alma del hombre es un espíritu encarnado; es el principio de la inteligencia, de la voluntad, del amor, el hogar de la conciencia y de la personalidad.

4. ¿Qué es el cuerpo?  

El cuerpo es un envoltorio de carne, compuesto de elementos materiales, sujetos al cambio, a la disolución, a la muerte.

5. ¿El cuerpo es entonces inferior al alma?  

Sí, ya que es sólo su traje.

6. ¿Es necesario, pues, despreciar el cuerpo puesto que es inferior al alma?  

De ninguna manera, nada es despreciable. El cuerpo es el instrumento que el alma necesita para edificar su destino; el obrero no debe despreciar el instrumento con el cual gana y hace su vida.

7. ¿Cómo está el alma unida al cuerpo, el espíritu a la carne?  

Por medio de un elemento intermedio llamado cuerpo fluídico o periespíritu, que se forma a la vez del alma y del cuerpo, del espíritu y de la carne, y los une en cierto modo el uno al otro.

8. ¿Qué significa la palabra Periespíritu?  

Esta palabra significa: que está alrededor del espíritu. Lo mismo que el fruto está rodeado de un envoltorio muy delgado llamado perispermo, el espíritu se encuentra envuelto con un cuerpo muy sutil llamado periespíritu.

9. ¿Cómo puede el periespíritu unir la carne con el espíritu?  

Penetrándolos y permitiéndoles compenetrarse el uno al otro. El periespíritu comunica con el alma por corrientes magnéticas, y con el cuerpo por medio del fluido vital y por medio del sistema nervioso que sirve para él en cierto modo de transmisor.

10. ¿El hombre pues consta en realidad de tres elementos constitutivos?  

Sí, estos tres elementos son: el cuerpo, el espíritu y el periespíritu.

11. ¿Cuándo y dónde comienza esta unión del alma y del cuerpo? 

 En el momento de la concepción, y se vuelve definitiva y completa en el momento del nacimiento.

12. ¿El alma está encerrada en el cuerpo, o bien es el cuerpo que está contenido en el alma?  

Ninguno de los dos. El alma, que es espíritu, no puede ser encerrada en un cuerpo; irradia hacía fuera, como la luz a través del cristal de la lámpara. Ningún cuerpo puede retenerla materialmente cautiva; puede exteriorizarse.

13. ¿Sin embargo, no hay un punto preciso del cuerpo dónde el alma parece más particularmente ligada?  

Algunos sabios así lo creyeron, porque confundieron el alma con el fluido vital. El alma es indivisible y por tanto esta entera por todo nuestro cuerpo; pero su acción se deja notar más particularmente en el cerebro cuando se piensa y en el corazón cuando se sufre y cuando se ama.

14. ¿El alma se separa del periespíritu cuando se separa del cuerpo? 

Jamás. El periespíritu es su traje fluídico indispensable, precede la vida presente y sobrevive a la muerte. Es él el que permite a los espíritus desencarnados materializarse, es decir aparecerse a los vivos, hablarles, como sucede a veces en las reuniones espiritistas.

15. ¿El periespíritu es pues un cuerpo fluídico semejante a nuestro cuerpo material?  

Sí, es un organismo fluídico completo; es el verdadero cuerpo, la forma verdadera y humana, la que no cambia en su esencia. Nuestro cuerpo material se renueva a cada instante, sus átomos se suceden y se renuevan, nuestra cara se transforma con la edad; el cuerpo fluídico no se modifica materialmente, es nuestra verdadera fisonomía espiritual, el principio permanente de nuestra identidad y de nuestra estabilidad personal.

16. ¿Dónde estaba el alma antes de encarnarse en un cuerpo?  

En el espacio, que es el lugar de los espíritus, como el mundo terrestre es el lugar de los cuerpos.

17. Entonces, ¿de dónde tomó el periespíritu su fluido?  

Del fluido universal, es decir de la fuerza primordial y etérea. Cada mundo tiene su fluido especial, tomado del fluido universal; cada espíritu tiene su fluido personal, en armonía con el mundo que habita y con su propio estado de adelanto.

18. ¿Qué el espacio?  

Es la inmensidad, es decir el infinito donde se mueven los mundos, la esfera sin límites que nuestro pensamiento limitado no puede ni concebir ni definir.



"Síntesis Doctrinal y Práctica del Espiritismo"

Léon Denis



19 de diciembre de 2013

Navidad



En estas fechas, oímos y leemos por todos los lugares, frases como estas:

“La Navidad es la época más especial del año.

Son fechas para expresar nuestros sentimientos más nobles.

Un tiempo especial para compartir con los amigos y la familia”.

Todos debemos ser más solidarios, ser más amigos, más cariñosos, sacar lo mejor de nosotros para compartirlo con los demás.

Palabras, palabras, palabras.

Yo, sinceramente, no lo comparto.

… ¿Y qué ocurre los once meses restantes?

¿Qué cada uno va a lo suyo; no nos miramos cuando nos cruzamos con nuestro vecino en la escalera; no tenemos tiempo para tomarnos un café con un amigo y reír o llorar juntos; no le damos una palmadita, de aliento, en el hombro a un compañero de trabajo; vamos pisando a la gente que nos encontramos en nuestro camino; no le damos una limosna a quien vive en la calle; no le ofrecemos un bocadillo a quien tiene hambre, ni un vaso de agua al que tiene sed; …? 

Cuando alguien lleva dentro la solidaridad, el amor, la alegría, el respeto, la humildad, la generosidad, etc., etc., etc., lo demuestra cada día, no necesita una fecha en el calendario que se lo diga.

Muchos de vosotros lo demostráis todo el año.

Ayudando a vuestro vecino; ayudando a una persona mayor a subir las escaleras; cuidando a vuestros padres o a vuestros abuelos; regalando una sonrisa por donde pasáis; abrazando a vuestros amigos; repartiendo alimentos a quien lo necesita; escuchando a un amigo; colaborando con alguna ONG...

Quiero pensar, que en estas fechas que se despierta el “espíritu navideño” de algunos lo mantenga el resto del año. ¡Sería maravilloso!. 

Cuando todo está en el interior, sale solo y no se necesita una fecha ni un recordatorio.

Esto no quita para felicitarnos, por eso Feliz Navidad.


Somos Espíritas.

Antonio.



13 de diciembre de 2013

¿Qué es la muerte?



¿Qué es la muerte?, ¿Significa el morir como algunos pensaron y piensan la extinción de la vida?, ¿Será la muerte la aniquilación del proceso vital?, ¿La muerte implicará que con la destrucción del organismo se pierde la personalidad, el yo, se extingue la conciencia, desaparece la individualidad?, ¿O podría ser que la muerte significase como bien pensaron los clásicos griegos una metamorfosis, un cambio de formas, el tránsito de un plano de vida a otro plano de la misma vida, en otro nivel dimensional diferente?, ¿Qué es la muerte?.

Esta cuestión nos lleva a plantearnos: ¿Qué es la vida?, ¿Hay vida después de la muerte?. De haberla, ¿Cuáles son las consecuencias que eso trae para el pensamiento, para la conducta humana, para la comprensión del ser, para el conocimiento de la realidad y para el autoconocimiento?.

Dependiendo de la respuesta que demos posiblemente nos ubiquemos en la vida conforme a ciertos parámetros, a ciertos indicadores, y hasta nos comportemos de determinada manera. Esta pregunta ha tenido dos grandes respuestas.

La respuesta que considera a la muerte como la desaparición del ser vital, que considera que todas las categorías de lo existente se traducen en una realidad de tipo material, la respuesta que considera que el Universo es un dinamismo eterno, infinito, increado, donde ninguna potencia superior podría ser creadora, dando origen a la concepción materialista de la historia. Y, en el otro polo de las grandes ideas, la respuesta que considera que hay un principio espiritual llamado de muy diversas maneras, considerado bajo distintos ángulos, pero que tiene la propiedad de ser imperecedero, a diferencia del cuerpo físico, que perece con la muerte. Esa contraparte espiritual sobrevive a ella y es capaz de continuar la personalidad. Esta es la respuesta que ha dado origen a la filosofía espiritualista. ¿Materialismo o Espiritualismo? Esta es la cuestión. Y ese dilema hamleriano ¿ser o no ser?, ¿Vivir o no vivir?, después de la muerte. Esas dos grandes opiniones han tenido en todos los tiempos hasta nuestros días brillantes exponentes, lúcidos pensadores, gente que se ha esforzado por ofrecer argumentos a favor de una tesis o de otra. Ya en la cultura clásica griega, helénica, que solemos considerar como la fundación de la filosofía, encontramos ese gran debate de todos los tiempos. Pensadores como los filósofos jónicos, como Thales de Mileto, Empédocles, llegaron a considerar que todo estaba planteado dentro de los cuatro elementos esenciales. Una visión materialista. Y así como ellos, otros como Leucipo o Demócrito dentro de la visión atomista, o Epicuro estableciendo que el placer, el hedonismo, sería lo que daría sentido a la vida.

Y. así por consiguiente, a lo largo de los tiempos hasta nuestros días, la respuesta materialista ha sido una expansión fundamental del pensamiento. Pero de la misma manera también el Espiritualismo como visión del mundo, como concepción de la realidad espiritual ha acompañado a la humanidad en todos los tiempos. Desde los textos Védicos, desde la era Védica, desde las criptas del Himalaya, hasta los monumentos funerarios egipcios con sus estelas, de sus mastabas, de sus pirámides, desde las culturas americanas precolombinas hasta las civilizaciones derviches del Cáucaso. Por todos los tiempos, desde el hombre del Paleolítico hasta nuestros días, el Espiritualismo ha encontrado también importantes pensadores en el campo de las religiones de Oriente y de Occidente, y de las diversas escuelas filosóficas de todos los tiempos.


Extraido de la conferencia de Jon Aizpúrua.